1984 - Estalla el sifón

El videoclip difundido por Canal 9 había pegado fuerte y ya había algunas discotecas de Buenos Aires y de Punta del Este que pasaban el tema "Dietético" con excelente repercusión.

La primera presentación de ese promisorio 1984 se produciría el 29 de Enero en Pinup y de allí en más Soda Stereo no pararía de tocar prácticamente ningún fin de semana, merced a la gestión de Rodríguez Ares.

En Marzo de ese año se realizó una especie de festival con catorce jornadas en el local Marabú. Soda tocó en ocho de ellas, al principio como soporte de Virus (uno de los grandes grupos del momento), y luego, por el éxito obtenido, como atracción principal. Entre otras bandas, además de la de los hermanos Moura, actuaron en esos espectáculos Los Twist, Los Abuelos de la nada, Zas y Los Helicópteros (los que hacían "música pep").

Los shows en Marabú, además de abrirle a Soda la posibilidad de que se interesaran por ellos algunos medios de prensa, permitió una estrecha relación con los miembros de Virus, fundamentalmente con el ya fallecido Federico Moura, quien se interesó tanto por lo que hacía Soda, que resultó ser el productor artístico del primer álbum del grupo.

La historia de este disco arranca en 1983, cuando ante la seguidilla de shows y la creciente repercusión, el productor de CBS Horacio "Gordo" Martínez se interesa por la banda y los va a ver. Inmediatamente les propone la grabación de un álbum, que finalmente se dilata hasta el año siguiente por diferentes razones, pero fundamentalmente porque continuaban en plena etapa creativa y todavía no "estaban" todos los temas.

Cabe mencionar que El Gordo Martínez éra uno de aquellos habitantes de la mítica "Cueva", junto a Moris, Lito Nebbia, Tanguito y los demás personajes pioneros del rock nacional. Justamente había sido el primer productor de "Los Gatos".

Ese primer álbum salió a la venta en Agosto. Su título fue "Soda Stereo" y su ficha técnica cuenta que Federico Moura estuvo a cargo de la producción artística, los arreglos corrieron por cuenta del grupo; los técnicos de sonido fueron Tito Huber, Charlie López y Oscar Giménez; Gustavo Cerati en voz y guitarra, Zeta en bajo y coros, Charly Alberti en batería; como músicos invitados tocaron el "Gonzo" Palacios en saxo y Daniel Melero (Los Encargados) en teclados; fue grabado en los estudios de CBS; Adrián Taverna creó efectos de sonido en "Mi novia tiene bíceps" con patadas al pie del micrófono simulando ruidos de gimnasio; el arte de tapa estuvo a cargo de Fernanda Cohen y de Alfredo Lois, quien fue además el responsable del diseño y a partir de ese momento se encargó de la formación de imagen del grupo.

Tal vez por la exigencia de la compañía, una multinacional que tradicionalmente había desconfiado del rock nacional y que ahora se sometía a las leyes del mercado, la mayoría de los temas de ese primer álbum no reflejaba cabalmente todo lo que Soda era capaz de hacer musicalmente. De los temas que solían hacer en vivo, había unos pocos. Las melodías eran bastante "lights", alegres, pegadizas y bailables, con ritmos que eran premeditadamente gancheros y divertidos, destinados a las discotecas, las letras, salvo algunas ("Trátame suavemente" de Daniel Melero, "Un misil en mi placard", "Sobredosis de TV"), pecaban de superficialidad.

"Somos un conjunto dietético, tiramos una onda dietética, canciones de amor con sacarina...", se autodefinían en "Dietético".

Pero a pesar de no ser cabalmente lo que los Soda hubieran querido en sus fueros interiores, se trataba de un muy buen producto, que enseguida pegó por su sonido diferente, por la personalísima voz de Gustavo y fundamentalmente por la manija que le dio CBS en las radios ni bien "picó" en las ventas. En poco tiempo el álbum "Soda Stereo" se convirtió en una especie de boom. Fue presentado el 1º de Octubre en el subsuelo de un local de Pumper-Nic, en el centro de la Capital. En esa ocasión se exhibió el video "Dietético" mientras los invitados se atosigaban de papas fritas y hamburguesas. Zeta no podía haber festejado de mejor manera su cumpleaños 26.

Pese a no ser un grupo conocido por el gran público (recordemos que hasta el momento sólo habían tocado en pubs de la Capital Federal), el álbum obtuvo una notable repercusión y fue un gran negocio para la compañía disquera.

El éxito en las ventas y la nutrida difusión comenzó a reflejarse en actuaciones. Los shows se sucedían, entonces. Los más destacables fueron ocho recitales seguidos en "La esquina del sol", que era uno de los boliches más fuertes de Palermo Viejo. Allí llegaron a juntar en total cerca de 2.000 personas. La popularidad del grupo crecía a ritmo geométrico. Sus temas sonaban como preferidos en todas las discos y las muchachitas comenzaban a delirar por la facha de aquellos tres rockeros diferentes.

Soda Stereo se ubicaba en las preferencias de la gente en el mismo anaquel que el exitoso Virus. Primero en el segundo plano, pero al poco tiempo superándolo claramente. La relación entre ambos grupos era cada vez más estrecha; porque los dos eran representados por la misma agencia, Rodríguez Ares y porque la amistad entre Federico Moura y Gustavo Cerati se tornaba cada vez más entrañable.

Federico funcionaba en esa relación como una especie de hermano mayor de Gustavo. En sus comienzos, Soda recibía una cierta influencia de Virus, no tanto en lo musical como en la propuesta integral. Los dos creían en la importancia de la imagen como factor comunicativo. Virus había dado el puntapié inicial, generando en el medio no pocos rechazos. Se puede decir que Soda perfeccionó esa iniciativa y ya con mucha menor resistencia, pudo instalarse cómodamente en el espectro rockero argentino.

Muchos trataron de encasillarlos en un género determinado, a pesar que ninguno de los miembros del grupo, ni en su intimidad, lograba definirlo. Eran y no eran new wave, pop o funk. Lo concreto es que sonaban distinto.

En Diciembre actúan por primera vez en un escenario multitudinario. Fue el 1º y el 2 en un festival que se dio en llamar "Recital de los Lagos". Soda tocó junto a Virus, Baglietto, GIT, Suéter, Zas, Los Abuelos, Marilina Ross, Celeste Carballo, Sandra Mihanovich y muchas otras figuras del momento, con la conducción de Juan Alberto Badía.

Pero la gran noche fue la del 14 de ese Diciembre, cuando presentaron oficialmente el disco en el teatro Astros. A pesar de la escasa bola que le prodigaron los medios, la sala se llenó. Subieron como músicos invitados Federico Moura en teclados, Gonzo Palacios en saxo y Richard Coleman en guitarra. Como escenografía colocaron 26 televisores encendidos fuera de sintonia y con los controles de vertical y horizontal desencajados. El recital resultó un éxito, a pesar de los nervios iniciales y a la nula experiencia del grupo en ese tipo de escenario. Ya comenzaban a florecer los primeros grupos de fans y también a ganarse los primeros enemigos en el ambiente. Los grupos de rock tradicionales no los toleraban, ni a ellos ni a Virus; no soportaban nada semenjante "modernismo artificial". "El nuevo club del Clan" les decian algunos, "música de plástico", los moteaban otros. Así comenzaron a generarse las divisiones, a las que los argentinos fueron siempre tan propensos. Con el tiempo la rivalidad entre los seguidores de los Redondos y los de Soda, presente en los cánticos estilo "barra brava", constituirían todo un clásico en la historia del rock argentino. Según ellos, cada grupo representaba algo así como una postura ideológica, como una actitud frente a la vida.

En una nota aparecida por esos días en el diario Clarín, firmada por Roque de Pedro se afirmaba de los Soda: "...Ellos dicen que hacen música con burbujas. Pero en lugar de tratarse de lujosas burbujas champagne, afirman haber asumido la representatividad cotidiana y popular del sifón... de su sonido hacen también un culto actualizado y multidireccional pero a partir del rock..."

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